Si la vida fuese esfera,
te esperaría hasta que volvieras,
Si la vida fuese fuese recta,
me moriría, aunque estuvieres.
Si la vida, en sí misma,
no fuese tan incierta
viviría sin penas ni tristeza.
Sobrevivo en un constante devenir de melancolías y grandezas
Pero
Solo trepando las colinas de la incertidumbre,
tendré la dicha de ver la gloria que nos espera y la cumbre a que aspiramos.
Durante el recorrido de la pieza se experimentarán distintas texturas que pretenden guiar al observador hacia sensaciones que ejemplifiquen las vivencias del ser humano, específicamente, los cambios, la incertidumbre, tener una vida plana o fluida; sin dejar a un lado las emociones que estas pueden provocar en el cuerpo, tales como: el miedo, la paz o la tranquilidad.
